lunes, 17 de noviembre de 2014

Primera Sesión de Intervención de Compañeros I: Socioterapia

Es jueves 16 de octubre, luego de una prueba y varias tutorías para la realización de nuestras intervenciones las comenzamos.
La primera intervención consistió, en un comienzo, realizar una imaginería, donde debíamos vernos en un espejo y hacer una especie de "zoom" en la parte de nosotros que más nos gustara, yo me centré en mis ojos, no se por qué pero es la única parte de mi cuerpo que siempre me ha gustado, a pesar de que los encuentro muy comunes, ya que son cafés, como la mayoría de los ojos que veo siempre, no tienen ninguna forma especial, pero aun sí sin tener razón me gustan y me siento conforme con ello, también debíamos pensar en un lugar donde nos sintiéramos gratos, sin embargo, yo estaba muy concentrada en pensar en mis ojos. Luego de esto, debíamos dibujar lo más significativo, yo hice a mis ojos, para realizar esto y destacarlos mucho me tuve que dibujar con una cabeza muy grande, que parecía globo, para así poder hacer unos ojos enormes. Muchos compañeros pensaron que me gustaba mi cabeza, y causó mucha risa entre nosotros. 

La segunda intervención consistió primero en armar grupos, y para esto, a cada uno le dieron un animal, con el que con los ojos cerrados debíamos hacer su sonido y encontrar el grupo de animales que fuera como yo, ya sea de selva, domésticos o de granja, yo tenía el León, y el sonido que hacía parecía cualquier cosa menos eso. Luego de formar grupos nos explicaron la segunda actividad, que consistía en la búsqueda del tesoro, nos daban pistas y debíamos buscarlas por al rededor de la Escuela de Terapia Ocupacional, una condición era que todos debíamos ir tomados de las manos o abrazándonos. Nuestro grupo era muy rápido, sin embargo al momento de encontrar el tesoro final nos confundimos con los colores de nuestros otros compañeros. Los tesoros eran espejos, que tenían palabras escritas y debíamos armar la frase. Antes de armar esta frase, debíamos mirarnos en uno de ellos, y darnos cuenta que el verdadero tesoro eramos nosotros mismos. 

Ambas intervenciones me sirvieron mucho par valorarme y tener un mejor autoconcepto de mi, comprendiendo que siempre tendré algo positivo y que mi vida puede llegar a ser un tesoro si así lo quiero.
Aún así, debo desarrollar aún más el valorarme y quererme, para de esta forma, dar el mejor ejemplo con mis usuarios y ser consecuente con lo que haré con ellos en alguna intervención.
Esto aplicado en mi futura profesión, logrará desarrollar en mis usuarios lo mismo o muy similar a lo que causó en mi, desarrollar el autoconcepto y la valoración de cada uno, para que se crean y sean capaces de realizar todo lo requerido y la intervención en sí sea exitosa. 


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